Nuestra historia
La Mesa existe para cambiar una generación de reaccionaria a visionaria a través de la persona y la obra de Jesús.
¿Qué imagen tiene una mesa en su mente? Para nosotros, es una imagen de familia, de comunidad, de comida y de amor. Es una imagen de un lugar donde los enemigos pueden empezar a escucharse y entenderse, un lugar donde podemos conocer y ser conocidos. Un lugar en el que podemos tratar de comprender y ser comprendidos. Es un lugar donde aprendemos a hablar honestamente y a ser nuestro verdadero yo y a buscar la verdad. Es un lugar donde podemos aprender los ritmos no forzados de la gracia. Y si colocas la mesa en el contexto de una iglesia, entonces la mesa se convierte en algo más que una mesa normal. Se convierte en la mesa del Señor Jesús. El Jesús que murió y resucitó para curarnos y restaurarnos. El que dijo "esto es mi cuerpo" y "esto es mi sangre". El Jesús que nos devuelve a la relación con el que llamó Padre. El Jesús que confronta nuestro pecado, y revela nuestras adicciones. El Jesús que en la cruz reveló tanto el juicio como la misericordia de Dios a toda la humanidad.
En La Mesa, ese es el Jesús que hemos llegado a amar. Por eso, en noviembre de 2019, veintinueve adultos del área del condado de Collin y Dallas se propusieron crear una comunidad comprometida con una expresión reflexiva, inclusiva, ecléctica, comunitaria y vulnerable de la fe cristiana. Nuestro corazón era que todos tuvieran un asiento en la mesa: ya fueran negros o blancos, homosexuales o heterosexuales, hombres o mujeres, ricos o pobres. Y nuestra oración es que en ese lugar desordenado de la comunidad, la honestidad y la vulnerabilidad, Jesús se encuentre con nosotros y que nunca seamos los mismos.